Levántate y Brilla !!!

Author: Admin  //  Category: Superación Personal

El siguientes es un artículo escrito por Wayne Dyer sobre un mal hábito que tenía su hijo y cómo logró vencerlo.

Mi hijo de 21 años, Sands, tiene la tremenda mala costumbre de no poder despertarse para ir a sus clases por las mañanas, y los fines de semana a menudo duerme hasta las dos de la tarde. He tenido incontables discusiones con él para que rompa este hábito, porque está continuamente enfrentándose a temas de tardanza en la escuela, corriendo por las mañanas en un estado de ansiedad, conduciendo rápido porque ya es tarde, y cansado todo el día por la cantidad insuficiente de sueño que su cuerpo parece desear. Su hábito se interpone en el camino de su escuela, su felicidad y su salud, ya que se siente fatigado a lo largo de un día en el que tiene que levantarse antes del mediodía.

Siempre que hablamos de romper este hábito, las respuestas de mi hijo son algo como: “No puedo cambiar y saltar de la cama por las mañanas”, “Siempre he sido así, es mi naturaleza”, “No tengo energías en la mañana”, “Soy joven y esta es la manera en que todos mis amigos viven”, “Lo he intentado, pero es algo que nunca he podido hacer”, y “es demasiado difícil”.  ¿Suena familiar? Al igual que la mayoría de nosotros, mi hijo ha permitido que su vida sea regida por las excusas.

Lo que finalmente le permitió a Sands superar su problema de despertarse por las mañanas fue algo increíblemente sencillo. Él creó un motivo racional para el cambio. Fue capaz de eliminar sus antiguos pensamientos de auto-sabotaje y todas las excusas que apoyaban su mal hábito.

Sands ama practicar surf en el mar más que nada en este mundo. Le regalaron una tabla de surf a la edad de cuatro años, y de inmediato remó hasta donde las olas rompían, se subió a su tabla, y surfeó todo el camino hasta la orilla. Todos nos quedamos atónitos cuando vimos que el niño montaba su primera ola como un experto. En cuanto a Sands, estaba enganchado al surf y ha vivido y respirado surf desde entonces. Es como que se hubiera conectado a su propósito desde el momento en que saltó sobre esa tabla.

Mi hijo tiene toda una biblioteca de videos sobre el tema y comprueba regularmente los informes de oleajes de todo el mundo. Se pone un traje de baño de neopreno y se va al agua con una de sus muchas tablas, independientemente de su ubicación en el planeta o cualquier consideración de la temperatura del aire o del agua. Estudia las olas como un ornitólogo estudia a las aves. Es sin duda su gran pasión. De hecho, acaba de regresar de un viaje de 16 días a lo largo de las islas de Indonesia, en un barco que se especializa en llevar surfers a algunas de las mejores olas disponibles en el planeta Tierra.

Ahora, en los 16 días que vivió en los pequeños camarotes del barco junto a otros ochos surfistas, Sands fue capaz de despertar todas las mañanas antes del amanecer. Se la pasaba en el agua todo el día, y después del atardecer, se quedaba en la noche hablando con los otros surfistas sobre las olas que tomaron ese día, y dormía a pierna suelta hasta las 5 AM, y repetía la misma rutina por más de dos semanas consecutivas . . . y nunca se sintió cansado. Lo mismo pasa cuando mi hijo me visita en Maui, si las olas están buenas, ya no tiene el hábito de dormir todo el día.

Para mi hijo, un motivo racional para el cambio es la noción de que es capaz de vivir en armonía con su pasión.

Veamos cómo la historia de Sands se ajusta a los criterios para encontrar una causa racional de cambio y eliminar las excusas y los hábitos que nos impiden avanzar:

1. Sands encontró una razón para cambiar que tiene sentido para él. Tal vez tú o yo percibamos el correr tras las olas durante todo el día en agua helada como algo absurdo, pero para mi hijo, esto significa que es capaz de estar en un lugar donde sus deseos más fuertes están en relación con sus acciones. Las olas están ahí, él está ahí, y le encanta montar las olas, de modo que todo tiene un sentido perfecto.

2. Sands encontró una razón para cambiar sus viejos hábitos que es positivamente factible. Cuando está cerca del agua y es libre de surfear, sin ningún tipo de responsabilidades reales, nunca dice: “No puedo levantarme”, “Es demasiado difícil”, “No es mi naturaleza levantarme temprano”, “No tengo energía” o cualquiera de las otras excusas que lanza cuando está lejos del mar. Cuando sus amigos le llaman para confirmar que van a recogerlo a las 4:30 AM, su primera respuesta es “¡Estupendo!” Sin importar la hora en que se va a la cama en la noche anterior, se le puede encontrar en la cocina en el tiempo señalado, preparándose un bagel y bebiendo jugo, emocionado y listo para ir en una expedición de surf temprano.

3. Sands encontró una razón para el cambio que le hace sentir bien. No hay duda de que estar en el agua y montar las olas le permite a Sands sentirse bien, y yo equiparo eso con Dios. Siempre que estamos entusiasmados con algo, eso significa que estamos tocando al Dios interno, sentirse bien es similar a sentir a Dios. Y cuando hacemos lo que amamos y experimentamos la pasión que acompaña a esos momentos, estamos realmente siendo guiados por nuestra Fuente.

Puedo ver a mi hijo como él rema hasta las olas, surfea en su tabla, como él me cuenta sus historias de los abismos que navegó, y mientras que él mira sus videos, hay una especie de “ver” con V mayúscula que no está con él en cualquier otro momento. Su concentración en el estudio de las olas y saber exactamente cuándo va a saltar la ola es como observar un gato concentrado en una presa potencial. . . pura poesía en movimiento. Es su naturaleza, y verlo en estos momentos me permite verlo bajo una luz totalmente nueva. Es la misma emoción que siento dentro de mí cuando hablo ante un auditorio o como me siento aquí en mi espacio sagrado escribiendo estas palabras.

4. Para Sands, una razón racional para cambiar un mal hábito es que sus viajes temprano al mar son momentos en los que está siendo llamado por el Espíritu para levantarse y estar en armonía con los llamados de su alma.

Al igual que Sands, todos podemos salir de los hábitos limitantes cuando encontramos razones racionales que apoyan nuestro deseo de cambio: razones que tienen sentido para nosotros, que parecen factibles, que nos hacen sentir bien y que se alinean con el propósito de nuestra alma.

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