El Poder de Dar

Author: Admin  //  Category: Frases Motivacionales, Ley de la Atracción, Superación Personal

“Si alguna vez hay una falta de clase alguna, si estás necesitando empleo, o dinero, u orientación, o incluso sanación, algo está bloqueando el flujo. Y el remedio más efectivo es: ¡Dar!”  ~  Eric Butterworth en su libro Economía Espiritual : El Proceso de la Prosperidad

Es increíble como algunas personas no regalan ni dan nada.  Todo lo quieren acaparar para ellos y no se dan cuenta que lo único que hacen es cerrar un flujo mayor de bendiciones.  El siguiente es un relato verídico escrito por John Harricharan que muestra el tremendo poder que tiene aplicar esta ley universal.

Fue un día de un verano realmente caluroso hace muchos años atrás. Iba camino a tomar dos productos en la tienda de comestibles. En esos días, no era un visitante frecuente del supermercado porque nunca había considerado tener el dinero suficiente para comprar la comida de una semana entera de una vez.

Para que entiendas, mi joven esposa, después de una batalla trágica contra el cáncer, había muerto hace recién unos pocos meses atrás. No había seguro ––solamente varios gastos y una montaña de cuentas. Tuve un trabajo de medio tiempo, que escasamente generaba el dinero suficiente para alimentar a mis dos niñitos. Las cosas estaban mal ––realmente mal.

Y así es que fue ese día, con un corazón pesado y cuatro dólares en mi bolsillo, en que iba camino al supermercado a comprar un galón de leche y una barra de pan. Los niños tenían hambre y tenía que comprarles algo de comer. A medida que llegué a un semáforo en rojo, noté a mi derecha un joven, una joven y una niñita en el pasto junto a la calle.  El sol abrasador del mediodía los golpeaba sin piedad.

El hombre sostenía un cartón que decía, “Trabajaré Por Comida”. La mujer permanecía junto a él. Ella simplemente miraba fijamente a los autos detenidos en la luz roja. La hija, probablemente de unos dos años de edad, estaba sentada en el pasto sosteniendo una muñeca manca. Noté todo esto en los treinta segundos en que el semáforo se puso en verde.

Deseaba tan ardientemente darles unos cuantos dólares, pero si lo hacía, no quedaría suficiente para comprar la leche y el pan. Tenía sólo cuatro dólares. Mientras la luz cambiaba, los miré una última vez y me alejé velozmente sintiéndome culpable (por no ayudarlos) y triste (porque no me alcanzaba el dinero para compartirlo con ellos).

A medida que seguí conduciendo, no podía sacar la imagen de ellos de mi mente. Los ojos tristes y embrujadores del joven y su familia se quedaron conmigo por casi una milla. No podría ir muy lejos. Sentí su dolor y tenía que hacer algo al respecto a eso. Di la vuelta y regresé hacia donde los había visto.

Me detuve cerca de ellos y le di al hombre dos de mis cuatro dólares. Hubo lágrimas en sus ojos mientras él me agradecía. Sonreí y seguí mi rumbo hacia el supermercado. Quizá la leche y el pan están de oferta, pensé. ¿Y qué ocurre si sólo compro leche no más, o simplemente el pan? Pues bien, tendría que hacerlo.

Entré en el estacionamiento, todavía pensando en el incidente entero, pero sintiéndome bien de lo que había hecho. Mientras me salía del coche, mi pie se resbaló sobre algo en el pavimento. Allí a un lado de mis pies estaba un billete de veinte dólares. Verdaderamente no podía creerlo. Miré por todas partes, lo recogí con temor, entré en la tienda y no compré sólo pan y leche, sino que varias otras cosas que necesitaba desesperadamente.

Nunca olvidé ese incidente. Me recordó que el universo era extraño y misterioso. Confirmó mi creencia de que el universo nunca puede hacer otra cosa que no sea dar. Regalé dos dólares y recibí veinte a cambio. Volviendo del supermercado, pasé cerca de la familia hambrienta y compartí cinco dólares adicionales con ellos.

Este incidente es sólo uno de tantos que han ocurrido en mi vida. Parece que mientras más damos, más recibimos.  Es, tal vez, una de esas leyes universales que dicen, “Si quieres Recibir, primero debes Dar”.

Hay un pequeño verso que dice así:

“Había un hombre, y lo llamaban loco,
Mientras más daba, más él tenía”.

La mayoría de las veces, pensamos que no tenemos nada que dar. A pesar de eso, si vemos más de cerca, veremos que incluso lo poco que tenemos podría ser compartido con otros. No esperemos el momento en que pensamos que tendremos un montón de cosas y entonces daremos. Dando y compartiendo lo poco que tenemos, abrimos la bodega del universo y permitimos que ríos de bien vengan en nuestra dirección.

No me creas. Solamente de veras prueba dar y estarás asombrado en los resultados. Generalmente, los regresos no vuelven desde esos a los que damos. Regresan desde fuentes que apenas podríamos imaginar. Así es que abre tu camino a las riquezas.

Aventúrate sobre este principio universal. Aventúrate en ti mismo. Los principios universales siempre funcionan.

Algunas veces el regreso de dar ocurre muy de prisa como en la historia verídica de arriba. Otras veces, toma más tiempo. Pero ten por seguro esto: Da y recibirás ––y recibirás montones más de lo que alguna vez diste.

Y cuando des, no lo hagas con un corazón de miedo, sino que con un corazón lleno de gratitud. Estarás asombrado en cómo todo eso llega a funcionar. Abre los portones de la opulencia en tu vida dando un poquito de lo que tienes a esos que están en necesidad. Como el gran Maestro dijo, Da y te será dado…

Pruébalo. Te gustará.

Qué te parece si hoy te propones dar algo a un desconocido?   Que tal un poco de dinero a un amigo, vecino o compañero de estudio o trabajo que sepas que está pasando por un mal momento?

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One Response to “El Poder de Dar”

  1. Jorgelocobots Says:

    Muy lindo el texto.. y es cierto me han pasado cosas bonitas de las cuales no hablo porque me agarró la tarde para el cole jeje..

    Pero hay que practicar estos buenos habitos sin esperar nada a cambio.. y es ahí cuando esto atrae beneficios..

    Salu2

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