Escrito por Wayne Dyer.
Actualmente tengo 72 años. En la época de mi cumpleaños del año pasado, tuve el privilegio de estar trabajando en un proyecto de una nueva película llamada “Mi Mejor Maestro” (My Greatest Teacher). La historia está basada en mi experiencia en la tumba de mi padre en Biloxi, Mississippi en 1974. Fue un momento de perdón que cambió mi vida entera, desde mi forma de escribir hasta mi carrera y mis relaciones. Dejé de beber y de hacer tantas cosas que debilitaban a mi cuerpo. En ese momento, me liberé de la ira y la rabia contra mi padre que había llevado dentro de mí desde que era un niño.
La película tiene un ambiente contemporáneo con un actor que interpreta al joven que fui yo, enojado, impaciente, sin importarle los sentimientos de los demás, hasta que se enfrenta a su más grande maestro. En esencia, no puede seguir adelante con su vida hasta que se quite la enorme carga de culpa que está llevando. El libro “Un Curso de Milagros” dice: “Si no le echaras la culpa a alguien o algo, no habría nada que perdonar.” Eso es importante de recordar. Llegamos a las etapas de nuestra vida donde estamos culpando a los demás por nuestra infelicidad y nuestro dolor. Si dejamos de culpar, ¿dónde podríamos estar? Ram Dass me dijo una vez: “¿Quién es alguien para perdonar a alguien más?” Si debemos perdonar, primero tuvimos que haber culpado. Perdonar es dejar de culpar y aceptar con compasión que todo el mundo está simplemente haciendo lo mejor que puede dadas las condiciones de su vida.
El perdón te libera para dejar atrás el dolor y entrar en una vida de amor y servicio. La vida plena y satisfactoria que sabes que está ahí para ti. “Mi Mejor Maestro” hace un buen trabajo de retratar el cambio que se produce cuando un hombre deja de amamantar a sus propias heridas y mira a su alrededor para ver quién más necesita los dones del amor y sanación que nació para dar.