Los 8 Elementos Clave de un Discurso Altamente Efectivo (Parte 2 de 2)

Author: Admin  //  Category: Superación Personal

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Los gestos y especialmente los movimientos de la mano son importantes porque ayudan a organizar los centros de comprensión del lenguaje de tu cerebro. De hecho, tu cerebro debe integrar tanto los sonidos y movimientos corporales de la persona que está hablando para percibir con precisión lo que debe entender. Desde una perspectiva evolutiva, el discurso surgió de los gestos de la mano y ambos se originan de la misma área lingüística del cerebro. Si nuestras palabras y gestos son incongruentes, se creará confusión en el cerebro del oyente. Nuestra sugerencia: practica hablar frente a un espejo, usando conscientemente las manos para “describir” las palabras que estás hablando.

Tu grado de relajación se refleja también en tu lenguaje corporal, expresiones faciales y el tono de voz. Cualquier forma de estrés transmite un mensaje de desconfianza. ¿Por qué? El estrés le dice a la mente del observador que puede haber algo mal y eso estimula la postura defensiva en el oyente. Estudios muestran que incluso un ejercicio de relajación de un minuto aumentará la actividad en aquellas partes del cerebro que controlan el lenguaje, comunicación, conciencia social, regulación del estado de ánimo, y toma de decisiones. Por lo tanto, una conversación relajada permite una mayor intimidad y empatía. El estrés, sin embargo, nos lleva a hablar demasiado, ya que obstaculiza nuestra capacidad de hablar con claridad.

Cuando hables, habla más despacio! Hablar despacio aumentará la capacidad del que te escucha para comprender lo que estás diciendo, y esto es cierto tanto para adultos jóvenes como mayores. Hablar lento también profundiza el respeto de esa persona para ti. Hablar lentamente no es tan natural como puede parecer, cuando somos niños automáticamente hablamos rápido. Sin embargo, puedes enseñar a tus hijos y a ti mismo a disminuir conscientemente la velocidad de la voz a la mitad. Una voz lenta tiene un efecto calmante en una persona que se siente ansiosa, mientras que una voz rápida con alto volumen estimulará el entusiasmo, la ira o el miedo.

Intenta este experimento: busca un compañero y habla tan lentamente que … dejas … 5 … segundos … de … silencio … entre … cada … palabra. Vas a tomar conciencia de tu diálogo interno negativo que te dice que deberías balbucear sin fin lo más rápido posible. Es una trampa, porque el cerebro del oyente sólo puede recordar unos 10 segundos de contenido! Por eso, cuando se entrena a la gente en un curso llamado Comunicación Compasiva, se le pide a los participantes que hablen una sola frase a la vez, poco a poco, y luego escuchen profundamente a la otra persona que habla por diez segundos o menos. Este ejercicio aumentará tu conciencia general sobre la importancia de los primeros 7 elementos de comunicación eficaz. Entonces, y sólo entonces, realmente captarás el significado más profundo que imparte cada palabra dicha por los demás.

Pero ¿qué pasa con la comunicación escrita, en la que sólo tienes acceso a las palabras? Cuando se trata de comprensión mutua, la palabra escrita palidece en comparación con el habla. Para compensarlo, el cerebro impone significados arbitrarios a las palabras. Tu, el lector, le das un impacto emocional a las palabras que a veces difiere de lo que el escritor pretende, por lo que la correspondencia por correo electrónico muchas veces se mal interpreta. Y a menos que el escritor llene los espacios en blanco con determinadas palabras emocionales y un lenguaje descriptivo – narrativo – el lector experimentará tus escritos como algo plano, aburrido y seco, y probablemente más negativo de lo que pretendías.

La solución: ayudar al lector a que “pinte un cuadro” en su mente con tus palabras. Usa sustantivos concretos y verbos de acción porque son más fáciles de visualizar para el cerebro del lector. Palabras como “puesta de sol” o “comer” son fáciles de ver en el ojo de la mente, pero palabras como “libertad” o “identificar” fuerzan al cerebro a buscar a través de demasiados marcos conceptuales. Nuestro cerebro perezoso pasará por alto tantas palabras como sea posible, especialmente las abstractos. Cuando esto sucede, los niveles más profundos de significado y sentimiento se pierden.

One Response to “Los 8 Elementos Clave de un Discurso Altamente Efectivo (Parte 2 de 2)”

  1. Liliana Says:

    Gracias por este articulo, estoy empezando a dar talleres y justamente practicaba para modular mi voz, para no ir muy rapido ni tampoco muy lento que el oyente se pierde, voy a seguir practicando y siguiendo estos consejos, siempre nos viene bien investigar y leer lo bueno que otras personas pueden compartir con uno.
    Todo lo mejor, Liliana

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