La Felicidad es un Músculo

Author: Admin  //  Category: Superación Personal

A veces el GRAN RETO en la vida no son las dificultades o el sufrimiento, es la alegría.

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Muy a menudo tenemos más dificultades en experimentar alegrías y los milagros de la vida que sobrevivir al dolor y al sufrimiento. Como la autora Marianne Williamson dice en su famosa frase: “Nuestro miedo más profundo no es que seamos insuficientes. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, la que más nos asusta.”

En los años 80’s existió un taller llamado La Alegría de Cantar. El genio detrás de este innovador taller fue un antiguo actor de Broadway llamado Warren Lyons. Citando sus propios miedos y autocriticas como inhibidores de la alegría y espontaneidad, Warren dirigía a los participantes del taller de todas las edades y estratos sociales para vencer “al dedo de la auto condena” y que cantaran desde su corazón. Después de una semana de aprendizaje para vencer la terca autocrítica y el miedo, todos ellos, daban un concierto en vivo para los miembros de la familia y amigos. Con la excepción de los recién nacidos, no habían personas más alegres y felices que los cantantes participantes.

Muchos de nosotros, tenemos a nuestro alcance la alegría de cantar, bailar, pintar, actuar, escribir, y otras maravillosas formas creativas de expresión. Y sin embargo nos contenemos. Puede que tome tiempo liberarnos de la vergüenza, miedo, lástima y la auto critica que nos aleja de la alegría. Esto es especialmente cierto para algunos de nosotros que dependemos del alcohol, drogas, comida y del trabajo para sentirnos bien. Pero ¡somos valiosos y valemos la pena! Talleres, clases, terapias y otros programas que se especializan en enseñar a la gente a desinhibirse y expresarse, para ganar confianza y experimentar la alegría de solamente estar vivo, son a menudo un gran lugar para comenzar.

Otra razón por la que nos perdemos de nuestro gran derecho al nacer como seres humanos, es decir, vivir una vida llena de alegría y propósito es simple: nuestro mala administración de la energía y el tiempo. En el vertiginoso mundo de hoy, muy pocos de nosotros nos inclinamos en tener tiempo para alegrarnos, celebrar y disfrutar de las bendiciones que ya existen en nuestras vidas.

Lo escuchamos tanto que ya se ha convertido en un cliché: “vive el momento” gritan las calcomanías abundantes. “¡¡Vive en el ahora!!” declaran los libros de auto ayuda . Películas como “The Bucket List” (Ahora o Nunca, Antes de Partir) predican la importancia de vivir una vida llena en toda su plenitud, antes que tu tiempo en la tierra se haya terminado. Aprovecha cada día de tu vida como si fuera un don preciado y ama a cada persona como algo valioso. Sin importar que tan fácil sea contar o hablar de nuestras bendiciones, estimar a nuestras familias y vivir en la luz, aún así todavía parece ser una de las cosas más difíciles de hacer.

Todo lo que tenemos es este momento. Si no aprendemos a vivir en el presente entonces experimentaremos la pérdida definitiva: Vivir nuestras vidas.

Pero “estar en el ahora” es más fácil decirlo que hacerlo, ¿Cierto? Muchos de nosotros permanecemos sumidos en el pasado y fijándonos en el futuro. No logramos abrir los ojos, los sentidos, los oídos, y el corazón a lo que está sucediendo aquí, en este momento. La intimidad de una relación en la que estamos comprometidos. La belleza de la naturaleza que nos rodea. La prosperidad que disfrutamos. O, por otra parte, estamos conectados a ir, ir, ir; simplemente no hay PAUSA ni botones de PARADA construidos en nuestro software. Somos “corredores” moviéndonos en diez direcciones a la vez. Somos artistas del escape, deslizándonos casi invisibles del aquí y ahora. Como resultado, volamos perdiéndonos de los momentos más preciosos de la vida y de las mejores partes del viaje!

Hasta que superamos nuestra adicción a la incesante actividad y diversión, hasta que encontremos la manera de hacer una pausa, de experimentar y saborear el momento, en lugar de correr y escapar, nunca vamos a recibir la riqueza de la vida. Nunca vamos a estar satisfechos. Nunca vamos a sentir una sensación de gratitud o de paz. Sólo vamos a seguir corriendo a la siguiente cosa, la próxima “solución” y justificándola como necesaria.

La alegría es un musculo. Si no aprendes a flexionarlo, las mejores partes de tu vida se te van a pasar. Y esto no solo es un cliché. ¡Es una realidad!.

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