El Primer Principio en la Ciencia de Hacerse Rico

Author: Admin  //  Category: Ley de la Atracción, Negocios y Riqueza

“El pensamiento crea cosas en el mundo real.”

Este es el capítulo No. 4 del libro “La Ciencia de Hacerse Rico” de Wallace D. Wattles.

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El PENSAMIENTO es el único poder que puede producir la riqueza tangible de la SUSTANCIA SIN FORMAR. La materia de la que están hechas todas las cosas es una SUSTANCIA que piensa, y el pensamiento de la forma de esta SUSTANCIA es lo que produce la forma.

La SUSTANCIA ORIGINAL se mueve acorde a sus pensamientos; cada forma y proceso que usted ve en la naturaleza es la expresión visible de un pensamiento de la SUSTANCIA ORIGINAL. Como la MATERIA SIN FORMAR piensa en una forma, esto toma aquella forma; como esto piensa en el movimiento, esto crea ese movimiento.

Esa es la forma en que todas las cosas fueron creadas. Vivimos en un mundo de pensamientos, que forma parte de un universo de pensamientos. El pensamiento de un universo que se mueve extendiéndose a todas las partes de la SUSTANCIA SIN FORMAR, y la MATERIA PENSADORA que se mueve según este pensamiento, tomaron la forma de los sistemas de los planetas, y mantienen aquella forma.

La SUSTANCIA PENSANTE toma la forma de su pensamiento, y se mueve según ese pensamiento.

Sosteniendo la idea de un sistema de sol y mundos que giran, esto toma la forma de esos cuerpos, y los mueve como los piensa. Pensando en la forma del lento crecimiento de un roble, esto se mueve en consecuencia, y produce el árbol, aunque puedan requerirse siglos para conseguirlo. En la creación, lo que está SIN FORMAR parece moverse según las líneas de movimiento que han sido establecidas; el pensamiento de un roble no permite la formación inmediata de un árbol adulto completo, pero comienza con el movimiento de las fuerzas que producirán el árbol, a lo largo de las líneas establecidas de crecimiento. Cada pensamiento de forma, sostenido en la SUSTANCIA PENSADORA, causa la creación de la forma, pero siempre, o al menos casi siempre, a lo largo de las líneas de crecimiento y acción ya establecidas.

Si el pensamiento para una casa de cierto tipo de construcción, fuera “impregnado” sobre la SUSTANCIA SIN FORMAR, no podría causar la formación inmediata de la casa; pero esto causaría un giro de las energías creativas que ya están trabajando en el comercio y el oficio en tales canales, que resultarían en la construcción rápida de la casa.

Y si no hubiera habido ningún canal existente por el que la energía creativa hubiera podido trabajar, entonces la casa sería formada directamente de la SUSTANCIA PRINCIPAL, sin esperar los procesos lentos del mundo orgánico e inorgánico.

Ninguna forma pensada puede ser “impresionada” sobre la SUSTANCIA ORIGINAL sin causar la creación de la forma.

El hombre es un centro de pensamiento, y puede originar el pensamiento.

Todas las formas que el hombre pueda crear con sus manos, primero deben existir en su pensamiento; él no puede darle forma a una cosa antes de haber pensado en esa cosa.

Hasta ahora, el hombre ha restringido casi totalmente sus esfuerzos al trabajo de sus manos; él ha aplicado el trabajo manual al mundo de las formas, buscando cambiar o modificar las que ya existen. Él nunca ha pensado en intentar la creación de formas nuevas “impregnando” con sus pensamientos la SUSTANCIA SIN FORMAR.

Cuando el hombre tiene un PENSAMIENTO–FORMA, él toma el material de las formas de la naturaleza, y hace una imagen de la forma que está en su mente. Él, hasta ahora, ha hecho un pequeño o ningún esfuerzo para cooperar con la INTELIGENCIA SIN FORMAR; para trabajar “con el Padre”. Él ni ha soñado que pueda “hacer lo que él ve que el Padre hace”.

El hombre reforma y modifica formas existentes mediante el trabajo manual; él no ha prestado atención a la pregunta de si no puede producir cosas a partir de la SUSTANCIA SIN FORMAR comunicándolas a sus pensamientos.

Nos proponemos demostrar que él puede hacerlo; demostrar que cualquier hombre o mujer puede hacerlo, y mostrar cómo.

Como primer paso, debemos dejar tres proposiciones fundamentales.

Primero, afirmamos que hay una MATERIA ORIGINAL SIN FORMAR, o la SUSTANCIA, de la cual todas las cosas están hechas. Todos los, aparentemente, muchos elementos, son las presentaciones diferentes de un mismo elemento; las muchas formas encontradas en la naturaleza orgánica e inorgánica son formas bastante diferentes, hechas de la misma materia.

Y esta materia es materia pensante; un pensamiento contenido en ella produce la forma del pensamiento. El pensamiento en la sustancia pensadora, produce formas. El hombre es el centro del pensamiento, capaz del pensamiento original; si el hombre puede comunicar su pensamiento al pensamiento original de la sustancia, él puede causar la creación, o la formación, de las cosas en las que él piensa.

Para resumir esto:

Hay una materia pensadora de la cual todas las cosas son hechas y que, en su estado original, impregna, penetra, y llena los interespacios del universo. En esta sustancia, un pensamiento produce la cosa que es imaginada por ese pensamiento. El hombre puede formar cosas en su pensamiento, y si impregna con su pensamiento a la sustancia sin formar, puede causar la cosa que él piensa debe ser creada.

Puede preguntarse si yo puedo demostrar estas declaraciones; y, sin entrar en detalles, contesto que sí puedo hacerlo, por la lógica y la experiencia. Razonando y retrocediendo hacia los fenómenos de la forma y el pensamiento, llego al pensamiento original de la SUSTANCIA; y el razonamiento hacia delante de esa sustancia del pensamiento, llega al poder del hombre de causar la formación de la cosa en la que él piensa.

Y a través de lo que he experimentado, también encuentro el razonamiento verdadero; y esta es mi prueba fuerte. Si un hombre que lee este libro se enriquece por hacer lo que el libro le dice que debe hacer, es una evidencia en apoyo de mi afirmación; pero si todos los hombres hacen lo que el libro les dice y se enriquecen, es la prueba positiva hasta que alguien pase por todo el proceso y falle.

La teoría es verdadera hasta que el proceso falle; y este proceso no fallará, en cada hombre que haga exactamente lo que este libro le dice que debe hacer para enriquecerse.

He dicho que los hombres se enriquecen por hacer las cosas de un CIERTO MODO; y para hacerlo así, los hombres deben tornarse capaces de pensar de un CIERTO MODO.

El MODO de un hombre de hacer las cosas es el resultado directo del MODO en que él piensa en las cosas.

Para hacer las cosas del CIERTO MODO en que usted quiere hacerlas, tendrá que adquirir la capacidad de pensar de ese CIERTO MODO en el que usted quiere pensar; este es el primer paso para hacerse rico.

Pensar lo que usted desea pensar es la VERDAD, independientemente de las apariencias.

Cada hombre tiene el poder natural e inherente de pensar lo que él quiere pensar, pero esto requiere mucho más esfuerzo que pensar en los pensamientos que son sugeridos por las apariencias.

Pensar según las apariencias es fácil; pensar la verdad independientemente de las apariencias es muy laborioso, y requiere el gasto de más fuerza que la que cualquier otro hombre de trabajo esté llamado a efectuar para hacerlo funcionar. No hay ningún trabajo que sea tan duro –y del que la mayoría de la gente trate de escabullirse– como el pensamiento sostenido y consecutivo; esto es el trabajo más duro del mundo. Esto es especialmente verdadero cuando la verdad es contraria a las apariencias. Cada apariencia en el mundo visible tiende a producir una forma correspondiente en la mente del que lo observa; y esto sólo puede ser prevenido sosteniendo el pensamiento de la VERDAD.

Mirar por encima de la apariencia de enfermedad producirá una forma de enfermedad en su propia mente –y en última instancia en su cuerpo– a no ser que usted sostenga el pensamiento de la verdad, que es que no hay ninguna enfermedad; esto es sólo un aspecto, y la realidad es la salud.

Mirar por encima de la apariencia de pobreza producirá formas correspondientes en su propia mente, a no ser que usted sostenga la verdad de que no hay ninguna pobreza; existe sólo la abundancia.

Pensar en la salud cuando está rodeado por las apariencias de enfermedad, o pensar en la riqueza cuando está en medio de las apariencias de pobreza, requiere poder; pero quien adquiere este poder se convierte en una MENTE DOMINADORA. Él puede conquistar el destino; él puede tener lo que él quiere.

Este poder sólo puede ser adquirido por la localización del hecho básico que está detrás de todas las apariencias; y el hecho es que hay una SUSTANCIA QUE PIENSA, de la que –y por la cual– todas las cosas están hechas.

Entonces debemos comprender que la verdad encerrada en cada pensamiento de esta sustancia se transforma en una forma, y que hombre puede así impregnar sus pensamientos sobre esa sustancia, para hacer que ella tome la forma y se haga una cosa visible.

Cuando realizamos esto, perdemos toda la duda y el miedo, ya que sabemos que podemos crear lo que queremos crear; podemos conseguir lo que queremos tener, y podemos convertirnos en lo que queremos ser.

Como un primer paso para hacerse rico, usted debe creer las tres declaraciones fundamentales dadas antes en este capítulo; y para acentuarlas las repito aquí.

Hay una materia pensadora de la que todas las cosas están hechas y que, en su estado original, impregna, penetra, y llena los interespacios del universo.

Un pensamiento en esta sustancia, produce la cosa que es imaginada por el pensamiento.

El hombre puede formar cosas en su pensamiento y, si impregna su pensamiento en la SUSTANCIA SIN FORMAR, puede conseguir la cosa que él piensa debe ser creada.

Usted debe dejar a un lado todos los demás conceptos del universo que no sean los monásticos; y usted debe habitar en esta idea antes de que esto sea fijado en su mente, y se haya hecho su pensamiento habitual. Lea estas declaraciones de credo muchas veces; fije cada palabra en su memoria, y medite sobre ellas para que usted crea firmemente lo que ellas dicen.

Si lo asalta alguna duda, déjela de lado como si fuera un pecado.

No escuche argumentos en contra de esta idea; no vaya a iglesias o conferencias donde enseñen o prediquen un concepto contrario.

No lea revistas los libros que enseñen una idea diferente; si usted mezcla y se confunde en su fe, todos sus esfuerzos serán en vano.

No pregunte por qué estas cosas son verdaderas, ni especule pensando cómo pueden ser verdaderas; simplemente tómelas con toda su confianza.

La ciencia de los que se enriquecen comienza con la aceptación absoluta de esta fe.

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