Mito No. 1: Sólo usas 10 por ciento de tu cerebro.
Realidad: Durante un período de 24 horas utilizas tu cerebro completo. Algunas partes están en reposo, mientras que otras están activas, pero si las neuronas no se activan, se mueren. Por lo general, esto ocurre en la infancia. ¿Sabías que nacemos con 200 mil millones de neuronas, pero los adultos sólo tienen la mitad? ¿A dónde se fue la otra mitad? Fueron removidas durante la infancia: creencias inútiles y percepciones almacenadas en ciertas neuronas son reemplazadas por redes neuronales que tienen valor y significado en nuestras vidas.
Mito No. 2: Hay personalidades del hemisferio derecho e izquierdo del cerebro.
Realidad: Los dos hemisferios están estrechamente interconectados y la información es constantemente compartida con cada actividad que realizamos. Como adultos, necesitamos ambos lados, y hay ciertas estrategias de sincronización del cerebro que parecen aumentar el diálogo hemisférico.
En realidad, cada persona tiene determinadas áreas del cerebro que pueden jugar un rol dominante. Por lo tanto, una persona tiene un talento para la música, otra para las matemáticas. Algunas personas tienen cerebros que les permiten sobresalir en deportes, mientras que otros serán dotados en el lenguaje. Y por cada área en la que somos fuertes, habrá una zona en la que somos débiles. Sin embargo, si una área está dañada, nuestro cerebro puede compensarse de una manera asombrosa. Por ejemplo: una persona ciega puede usar la lengua para realmente “ver” un objeto con la ayuda de un dispositivo de computadora. En circunstancias especiales, la estimulación de la lengua activa la corteza visual del cerebro.
Mito No. 3: La capacidad del cerebro disminuye con la edad.
Realidad: Es un hecho que en realidad aumenta gracias a la neuroplasticidad. Cuando se presenta un exceso de información, se crea confusión y ansiedad. Pero con los ejercicios adecuados, se alivia el estrés, que es uno de los principales culpables asociados con la enfermedad neurodegenerativa.
Mito No. 4: Los Video Juegos Cerebrales mejoran los procesos mentales.
Realidad: Sí, pero no lo suficiente como para hacer una mejora práctica. Sólo funcionan para personas mayores que experimentan formas específicas de deterioro cognitivo. Mejoran la memoria, pero no de forma que mejora la vida diaria.
¿Qué funciona mejor para frenar el proceso de envejecimiento del cerebro? El ejercicio, una dieta saludable, y una intensa estimulación intelectual y social. Ten tantos amigos como sea posible. Construye fuertes lazos familiares. Participa en trabajos significativos y en filantropía. Y permanece firmemente optimista.
Mito No. 5: Los electroencefalogramas (EEG) predicen mejoras en la salud.
Realidad: Quizás sí, quizás no. Conductas diferentes y diferentes formas de pensar generarán diferentes frecuencias de ondas cerebrales (delta, theta, alfa,beta y gamma) en diferentes partes del cerebro. En la década de los 80’s y 90’s, se prestó mucha atención a las lecturas de EEG que registran poca actividad eléctrica a lo largo de la superficie externa del cerebro. Dispositivos de biofeedback y neurofeedback mostraron que conscientemente podemos alterar las frecuencias de ondas cerebrales en algunas partes del cerebro, y cuando una persona aprende a hacer esto, se presentan mejoras en el comportamiento, cognición y la regulación emocional. La investigación fue controversial, porque no hubo acuerdo sobre la frecuencia en que se producen los cambios deseados.
La nueva tecnología de exploración cerebral ha botado los primeros modelos al demostrar cómo diferentes partes del cerebro generan distintas frecuencias al mismo tiempo. Además, estas frecuencias cambian de un momento a otro, aún cuando la misma tarea se está realizando. ¿El resultado? Hoy en día sabemos menos acerca de lo que significan las frecuencias de ondas cerebrales, y tampoco podemos decir que una frecuencia crea un estado específico de alerta, relajación, o mejora mental.
Esto es lo verdaderamente importante: ahora sabemos que podemos entrenarnos, a través de la concentración y la relajación, para alterar las frecuencias de ondas cerebrales en diferentes regiones. Como el ejercicio físico, esta forma de “inercisio” (ejercicio interno) mental te enseña a tener un control más consciente sobre los procesos neurales no conscientes. El secreto radica en el correcto desarrollo de la concentración, no en la generación o mantenimiento de una frecuencia de ondas cerebrales específicas.