A través de la Ley de la Atracción y de nuestro pensamiento hemos aprendido que todo se puede lograr. Pero, ¿podemos cambiar a otras personas con nuestros propios pensamientos?
Tú puedes sin duda ayudar a otros a través de tus pensamientos, y otras personas pueden ayudarte a ti. Recuerda que todo buen pensamiento que envías a alguien más es una fuerza viviente. Sin embargo, la persona a la que estás enviando el pensamiento tiene que estar pidiendo lo mismo que estás enviando. Si la persona no lo quiere, entonces no está en armonía con tu frecuencia de pensamiento, y tu pensamiento no va a penetrar en ella.
No puedes crear algo en la vida de otra persona contra su voluntad, pero si es algo que ella quiere, tus pensamientos son una fuerza real que ayuda a otros.
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