Te despiertas un día y te encuentras en un mundo al revés donde tienes un collar alrededor de tu cuello y un pastor alemán sosteniendo la correa. El perro ladra y gime, y uno de sus gemidos suena como “odatnes!”. Repentínamente, te toman del cuello y te empujan al suelo. Luego el perro se va y gime “etadeuq!”, así que lo sigues y de pronto te jalan del cuello en dirección opuesta. Decides ya no seguirlo nunca. Luego el perro se va y te hala la correa mientras ladra “inev!”.
Qué aprendiste de esta experiencia? Primero, ser entrenado (si a eso se le puede llamar así) no te gusta. Es confuso, injusto, inpredecible y sobre todo nada divertido. Como si no fuera suficiente, tu entrenador aparentemente piensa que eres estúpido u obstinado.
Qué tal si tuvieras un entrenador diferente? Este gime “emarim!” y con tan solo elevar tu mirada te está dando tu bocadillo preferido. Luego tu nuevo entrenador gime “odatnes!” y pone una silla bajo tu trasero. Tú te sientas y nuevamente te dan tu bocadillo preferido. Luego el perro dice etadeuq!” y te quedas en tu silla mientras el perro se va. Luego te llaman “inev!” haciéndote señas. Cuando llegas hay más comida para ti. Aprender lo que estas palabras significan no debería tomar mucho tiempo, y podrías empezar a pensar que encontraste ese trabajo fácil que has estado buscando toda tu vida.
Recuerda ver las cosas desde tu punto de vista perruno. Hacer eso te podría ayudar a dejar de verte como un tonto.
Tomado del libro “Pastores Alemanes para Tontos” (German Shepards for Dummies) de Dra. Caroline Coile.
December 6th, 2008 at 5:16 pm
Hola ,amigo ! Enhorabuena por tu sitio web !
Te invito a conocer mis 2 blogs :
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Espero que te agrada el contenido , que aprendas algo nuevo y te diviertas un rato .
Saludos
RDD