El cerebro humano tiene la capacidad de crear cosas nuevas y también de reaccionar ante los estímulos. Una de las funciones cerebrales de bajo nivel es la de servir como un mecanismo de respuesta a un estímulo.
Cuando no hemos despertado al conocimiento, pasamos una vida completa de reacciones. Es decir, reaccionamos ante todo. Si escuchamos una mala noticia reaccionamos con miedo o depresión. Reaccionamos de una mala manera con el tráfico, la gente del trabajo, o nuestra propia familia.
El problema con este tipo de vida es que no es una vida creativa, no nos satisface, no produce ni prospera. Solemos vivir los sueños de alguien más, responder a las inquietudes de otras personas, etc.
Cuando la gente entiende que puede cambiar, entonces le empiezan a suceder cosas maravillosas. Es cuando ellos empiezan a CREAR que se da la Ley de la Creación. Cambian de reacción a creación, y pronto tienen un plan de acción que los lleva a hacer actividades que les llevan al éxito. Es cuando producen la vida que quieren tener.
Cuando se enfrentan a una situación difícil, no reaccionan ante ella, sino que se preguntan qué pueden crear a partir de esa situación.
