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Si no aceptamos que la riqueza puede ser algo bueno para nosotros y para otros, el temor y la duda generarán envidia.  La envidia dice: “No puedo tener eso y me molestan los que lo tienen.”  Por el contrario, la aceptación de lo que realmente quieres dice: “yo puedo tener eso y seré una mejor persona por ello.”

Así que en vez de despreciar a los ricos en secreto, debemos apoyarlos, incluso si son unos estúpidos ricos.  No estamos apoyándolos como personas sino apoyando la idea de que está bien ser rico.  Además que puedes elegir no ser egoísta, arrogante y desconsiderado. El miedo y la envidia niegan los pensamientos de riqueza y dan lugar a sentimientos y acciones que te alejan de ella, incluso cuando no estás consciente de ello.

He aquí un simple ejercicio para superar el miedo. Piensa en algo que siempre has querido hacer, pero que nunca hiciste y simplemente hazlo! (No rompas ninguna ley tampoco). Incluso si al final no quieres volver a repetirlo, al menos ya sabes qué se siente en vez de retenerte por cualquier razón.  Ahora habrás avanzado y otros avances serán más fáciles.  Es la única manera en la que crecerás.

Esto no se trata sólo de ser rico, a pesar de que es uno de los objetivos.  Esto es sobre crecer nosotros mismos para ser más grandes que los obstáculos a los que nos enfrentamos en la vida.  Mientras más experiencias tengas y más retos desafíes, más te expandirás para que puedas absorber; tanto lo bueno y lo malo; el dinero y los problemas que vienen con él.

Al final, el esfuerzo para llegar a ser rico sólo puede servirte a ti, y si lo deseas, servir a otros.  ¿Cómo puede ser eso algo malo?

Artículo publicado por T. Harv Eker, autor de “Los Secretos de la Mente Millonaria”.

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