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“La disciplina es el puente entre las metas y los logros.”  ~  Jim Rohn

“El éxito no es para los tímidos. Es para aquellos que buscan una guía, hacen decisiones y toman acciones decisivas.” ~ José Silva

Adaptarse a la disciplina genuina requiere que desarrolles la capacidad de tomar acción.  No necesitas ser apresurado si no es necesario, pero tampoco quieres perder mucho tiempo.  Este es el momento de actuar: cuando la idea está caliente y la emoción es fuerte.

Digamos que quieres formar tu propia biblioteca. Si eso es un fuerte deseo para ti, lo que tienes que hacer es conseguir el primer libro.  Luego buscas tu segundo libro.  Tomas acción lo antes posible, antes que el sentimiento pase y antes que la idea se difumine.  Si no, esto es lo que sucede:

Caes presa de la LEY DE LA DISMINUCION DE LA INTENCIÓN.

Tenemos la intención de tomar acción cuando la idea nos llega. Tenemos la intención de hacer algo cuando la emoción es alta. Pero si no traducimos la intención en acción lo suficientemente pronto, la urgencia comienza a disminuir. Un mes después, la pasión es fría. Un año después, no la puedes ni encontrar.

Así que toma acción.  Establece una disciplina cuando las emociones son altas y la idea es fuerte, clara y potente.  Si alguien habla sobre una buena salud y te sientes motivado por la plática, necesitas un libro sobre nutrición.  Obten el libro antes que la idea pase, antes que la emoción se enfríe. Comienza el proceso.  Tírate al piso y haz algunas flexiones (despechadas, lagartijas, etc).  Tienes que tomar acción, de lo contrario, la sabiduría se pierde. La emoción pasa pronto a menos que apliques una actividad disciplinada.  La disciplina te permite capturar la emoción y la sabiduría y traducirlas en acción. La clave está en aumentar tu motivación por el rápido establecimiento de disciplinas. De esta manera, habrás iniciado un nuevo proceso de vida.

Este es el mayor valor de la disciplina: valor propio, también conocido como autoestima.  Muchas personas que están enseñando autoestima en estos días no hacen la conexión con la disciplina. Pero una vez que sentimos la menor falta de disciplina dentro de nosotros, comienza a corroer nuestra mente.  Una de las mayores tentaciones es relajarnos y bajar la guardia.  En vez de hacer lo mejor posible, te permites hacer sólo un poco menos de lo mejor. Efectivamente, haz comenzado una leve manera de disminuir tu sentido de autoestima.

Hay un problema, incluso con un poco de descuido. La negligencia comienza como una infección. Si no tomas el debido cuidado, se convierte en una enfermedad. Y luego una negligencia lleva a otra.  Lo peor de todo es que cuando la negligencia inicia, disminuye nuestra autoestima.

Una vez que esto ha sucedido, ¿cómo puedes recuperar tu autoestima? Todo lo que tienes que hacer es actuar ahora! Comienza con una pequeña disciplina que corresponda a tu propia filosofía. Haz el compromiso: “Voy a disciplinarme para lograr mis metas para que en los próximos años pueda celebrar mis éxitos.”

“La gente piensa que soy disciplinado. No es la disciplina. Es la devoción. Hay una gran diferencia.”  ~  Pavarotti

“Tienes que decidir cuál es tu máxima prioridad y tener el coraje de decir “no” a otras cosas”.  ~  Stephen Covey

Dos amigos llamados José y Raúl asisten a un seminario sobre Desarrollo Personal y Ley de la Atracción.   Aprenden mucha información nueva, obtienen grandes enseñanzas, hacen varios nuevos amigos y cada uno regresa a casa sintiendo que tiene una nueva oportunidad en la vida.

Seis meses después, José y Raúl se encuentran de casualidad en una tienda de café.

José es el tipo de persona que todos quieren ser. Su rostro brilla de felicidad, es optimista, alegre y relajado. Le cuenta a Raúl que en los seis meses después del curso, consiguió un ascenso en el trabajo, dejó de fumar y encontró el amor de su vida.

Raúl no ha tenido tanta suerte. Está luchando para pagar sus deudas, nunca tiene tiempo para sí mismo, y pasa por lo que él llama una montaña rusa emocional:  su carrera y familia penden de un hilo, intentando cumplir plazos y expectativas.

En otras palabras, Raúl no es mejor de lo que era hace seis meses, cuando por primera vez asistió al seminario.

Entonces, ¿cuál es la diferencia entre estas dos personas?

Los dos asistieron al mismo seminario. Ambos aprendieron las mismas cosas. Ambos salieron  con mucha confianza de que sus vidas estaban a punto de cambiar para mejorar.   Sin embargo, sólo uno de ellos tuvo éxito.

¿Qué hizo José que no hizo Raúl?

La respuesta es:  José fue disciplinado.

En los días, semanas y meses después del seminario, José hizo el hábito de practicar sus meditaciones y visualizaciones cada mañana al despertar, y todas las noches antes de irse a dormir.

Logró hacer diariamente sus afirmaciones positivas.  Supervisó su progreso y nunca se rindió – aun cuando a veces sus esfuerzos no daban resultados inmediatos.  Incluso buscó ayuda de otras personas más experimentadas para pedirles consejo.

José fue coherente, persistente y enfocado.

Pero esto no quiere decir que Raúl fue indisciplinado por completo. Él también intentó hacer sus visualizaciones, afirmaciones positivas, establecer sus intenciones y convertirse en una mejor persona.

La única diferencia fue que él no lo convirtió en un hábito diario. No dio el 100%. Con demasiada frecuencia, permitió que el estrés y la negatividad lo distrajeran de sus objetivos y de su crecimiento personal.

Como se puede ver, no fue la intención la que hizo la diferencia entre José y Raúl.  Ni siquiera fue el conocimiento o la actitud.  Fue la disciplina.

Ahora que sabes la respuesta, responde…   ¿Eres disciplinado en tus visualizaciones diarias?

Son las afirmaciones positivas una parte de tus hábitos diarios?    ¿Buscas ayuda cuando la necesitas?

Te mantienes siempre enfocado en lo que quieres de la vida?

“El dolor en la vida es inevitable.  Pero será el dolor de la disciplina o el dolor del arrepentimiento?”  ~  Jim Rohn

“Cada adversidad, cada fracaso, cada sufrimiento trae consigo la semilla de un beneficio igual o mayor”.  ~  Napoleon Hill

Dos estudiantes de la universidad: Uno no se preocupa por los gastos en cinco años, el otro tiene que trabajar, gastar menos y ahorrar para pagar cada semestre. ¿Cuál será más probable que sobresalga?

Dos atletas: Uno tiene el don natural y apenas debe practicar, mientras que el otro es menos atlético, pero lo entrega todo en cada segundo que ejercita.  Quién alcanzará la línea de meta en primer lugar?

Todos pretendemos y aspiramos lograr algo.  Pero cuando aplicas una fuerte dosis de disciplina, lograrás más si lo aprecias más.

“La mitad de la vida es suerte, la otra mitad es disciplina – y ésta es la mitad más importante, porque sin la disciplina no sabrías qué hacer con la suerte”.  ~  Carl Zuckmayer

Considera este hecho:  70% por ciento de los ganadores de la lotería terminan derrochando sus ganancias.

La razón: Tuvieron una tremenda suerte pero nada de disciplina.

Cuando vives con disciplina, casi siempre te ganas la lotería.  Llegará un día en el futuro a través de tu carrera y logros personales.

With the power to break unwanted habits, banish procrastination, and avoid self-sabotage, you could accomplish anything. The Science of Self-Discipline by Kerry L. Johnson is a breakthrough program that tells you how to make self-discipline automatic. You’ll learn three easy steps for overcoming procrastination … ways to reward yourself for completing desired activities … self-discipline for building wealth … and much more.

“El éxito no es nada más que unas pocas disciplinas, practicadas cada día, mientras que el fracaso es simplemente cometer errores sin juicio y repetirlos todos los días. Es la acumulación de nuestras disciplinas y juicios lo que nos llevan a la fortuna o a la derrota.”  ~  Jim Rohn