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¿Quieres experimentar más alegría y vitalidad todos los días?

Entonces conoce la diferencia entre ánimo y deseo.

Siempre te encuentras en un estado de ánimo o humor. Los seres humanos están siempre en un estado de ánimo, incluso si ese estado de ánimo es muy sutil y puede estar muy en el fondo. Los estados de ánimo son a menudo transparentes, no nos damos cuenta de que son el lente con que vemos la vida, si estás en un estado de ánimo alegre, la vida parece más fácil. Si estás cansado o te sientes molesto, verás tus opciones en una forma completamente diferente.

Los estados de ánimo son muy cambiantes. Si te dijeran ahora mismo que has ganado la lotería, tu estado de ánimo cambiaría. Si te  dijeran que un sueño muy deseado nunca va a suceder, pasaría lo mismo.

El deseo, por otra parte, es una fuerza de vida corriendo por debajo de todo. Es la divinidad en el juego. Un reflejo de tus valores más profundos. El deseo es el sabor actualizado de tu vocación.

Tendemos a confundir ánimo y deseo.

Queremos vivir por el deseo no por el estado de ánimo.

Tu estado de ánimo se ve influido por lo que comes en el desayuno, por cómo te fue en tu reunión de la mañana, si tu pareja y tú se llevan bien, o por cómo dormiste. A veces decimos “no estoy de humor” pensando que significa que no tenemos deseo.

Pero no es así.  El ánimo o humor cubre al deseo.

El deseo corre abajo del estado de ánimo, a veces muy profundo, pero siempre está ahí.

Intenta este experimento. En lugar de preguntar “¿Cómo me siento?” pregunta “¿Qué es lo que quiero?” o “¿Qué me gustaría hacer después?”

Comienza a desenredar el estado de ánimo de tu deseo. Comienza a liberar tu fuerza vital.

“Concéntrate más en tus deseos que en tus dudas, y el sueño se hará cargo de sí mismo. Puedes ser sorprendido por la facilidad con que esto suceda. Tus dudas no son tan poderosos como tus deseos, a menos que tú mismo las hagas así.” ~ Marcia Wieder

“El deseo es el punto de partida de todo logro. No es la esperanza, no es un deseo sin sentimiento, sino un deseo palpitante vivo que trasciende todo.” ~ Napoleon Hill

“Siempre sueña y apunta más alto de lo que sabes que puedes hacer. No te molestes en sólo ser mejor que tus contemporáneos o predecesores. Trata de ser mejor que tú mismo.”  ~  William Faulkner

¿Qué tan fuerte es tu deseo – es tibio, se coce a fuego lento, o está en un punto de ebullición?

El día que quieres hacer ejercicio aún más de lo que quieres ese pedazo extra de pizza, ese es el día en que te comprometes a estar en forma.

La noche que no puedes dormir porque demasiadas ideas de negocios te están dando vueltas en la cabeza, ahí es cuando comienzas a cambiar tu vida financiera.

 El deseo es tu motivación constante.

“Nunca te hes dado un deseo sin el poder de hacerlo realidad”. ~ Richard Bach

“El punto de inicio de todo logro es el deseo.  Mantengamos constantemente esto en mente.  Deseos débiles traen resultados débiles, tal y como un fuego pequeño produce una pequeña cantidad de calor.”  ~   Napoleon Hill

Hay tres ingredientes para una buena vida: Aprender, ganar dinero trabajando y un fuerte deseo de mejorar  ~  Christopher Morley (Escritor y editor de libros).

Sin el deseo de lograr algo, la vida simplemente se atasca.  Debes tener un fuerte deseo de mejorar tu futuro, mejorar las vidas de tu familia y de fortalecer tu negocio.  Solo así, el aprendizaje será apasionado y enfocado. 

Y justo cuando te hayas dedicado a aprender más sobre ti, sobre el mundo que te rodea y sobre tus oportunidades, te encontrarás capaz de tener increíbles ganancias –  ganancias de ascensos y de aumentos salariales, así como el respecto de tus colegas y amigos.

La Ley del Incremento es la quinta ley del grupo de leyes conocidas como las “11 Leyes olvidadas”.  Resumiéndola en una frase: “Lo que  pides en adoración, crece y se incrementa”.

Usando esta ley estimulamos nuestro ser y logramos mucho en nuestra felicidad que en ocasiones parecen milagros.  Este entendimiento es el acto de adorar a DIOS, la Ley pura, y pedirle lo que deseamos.

El simple hecho de alabar a DIOS es una de las formas más poderosas de agilizar la recepción de nuestros deseos, casi a proporciones mágicas.

Este principio ha existido por miles de años y se ha escrito en la Biblia y otros textos antiguos.  Inclusive, los pueblos de civilizaciones antiguas traían regalos a sus dioses, y bailaban y danzaban para expresar su gratitud.

Obviamente, esto no afecta a Dios directamente o de alguna forma.  Tampoco te afecta a ti ganando un favor del Universo por tus acciones.  Sin embargo te afecta a ti, personalmente.  Dar adoración y alabanza es un complemento de la Fe.   Considerando que la fe es sabiduría y comprensión, la alabanza es la aplicación de esa comprensión.  Adorar le da fuerzas a tu fe, y agiliza tus oraciones y peticiones para que magnetizen todo lo bueno alrededor tuyo.  Y transforma todo eso bueno en forma física, para tu provecho y beneficio.

Cuando el hombre adora a Dios, eleva su consciencia a un nivel más alto y se convierte en un canal para recibir todos los bienes que esperan por él.  Adorar te pone más cerca del universo y te permite sintonizar las fuerzas divinas alrededor tuyo.  Dar alabanza es el camino más corto a tus deseos.  Expande la mente y le permite ver cosas mayores.  Mientras que la condenación y culpabilidad hacen lo contrario.

Nota como la alabanza afecta a los niños.  Brillan intensamente con el aprecio e intentan complacernos más.  Pero si son criticados, bajan su mirada y se hunden profundamente, haciendo más difícil pedirles que hagan algo más.  El mismo principio funciona de diversas maneras, todo el tiempo.  Hasta nuestros cuerpos físicos responden positivamente a la alabanza pues nuestros niveles de energía se incrementan y hasta nuestras células responden favorablemente.

“Los campeones no se hacen en los gimnasios.  Los campeones se hacen de algo que llevan muy dentro de sí mismos: un deseo, un sueño, una visión”.  ~  Muhammad Ali

Resumen de la Ley 5 del libro “Siete Leyes Espirituales del Exito” de Deepak Chopra.

Ley 5: Mantener nuestra atención en el resultado que perseguimos.

Debe ser con un propósito tan inflexible que impida completamente que cualquier obstáculo consuma o disipe la concentración de nuestra atención.  Para poner en práctica esta ley hay que cumplir las anteriores.

Acción sugerida: anotar en una lista mis deseos, para liberarlos.  Pensaré que cuando parezca que las cosas no están saliendo bien, hay una razón, pero no perderé de vista la meta.

Todos usamos la Ley de la Atracción a cada momento y a veces la usamos inconscientemente.  Por lo tanto, puede atraernos muchas cosas que no queremos.  Así que sería muy sabio aprender a aplicarla correctamente, de tal modo que transforme nuestra experiencia placenteramente.  Debido a que nuestra mente es un imán, debemos ser cuidadosos en cómo la usamos y en qué pensamos la mayor parte del tiempo.

Debemos permitir que esta ley nos ayude.  Cuando trabajamos con los preceptos de la ley, el universo viene en nuestra ayuda en forma constante.  Los obstáculos se convierten en oportunidades para un mayor adelanto.  Nuestros problemas pierden poder porque sabemos que no podemos fallar.  Cuando utilizamos el deseo y la expectativa correctamente, no tenemos ninguna duda que alcanzaremos nuestros deseos.  Nuestra sabiduría, inteligencia, y poder crecerán, y sabremos que no hay nada que no podamos alcanzar.

El libro “Working with the Law” indica que hay 3 pasos para usar la Ley de la Atracción:

1.- Interés.  Pon especial atención a lo que quieres ver, tener o experimentar.  Manten el interés en algo que te llame la atención.  No vivas solamente para el beneficio de otros.  Manten tu mente activa y dedicada a una cierta actividad, y no te enfoques en cosas materiales. (Son solamente los medios por los cuales expresamos nuestros intereses.)

2.- Atención.  Inyectemos nuestro interés en algo de nuestras actividades diarias. Prestando atención a nuestros intereses, magnetizamos nuestra poder de atracción, que nos atrae más de las cosas en las que tenemos interés.  Esto nos mantiene ocupados, así nuestras mentes no tienen tiempo para enfocarse en pensamientos negativos o egoístas.

Si te enfocas en ciertas características tuyas, como honradez e integridad, encontrarás que atraes a otros que comparten esos rasgos.  Nunca serás engañado, porque no emites la energía de un estafador.  Ésta es también la ley en acción.

3.- Expectación.  Esto es atención con intensidad.  Así como el gato espera a que el ratón salga de su agujero, hay una expectativa total que lo que quieres vendrá a ti.  El enfoque, la atención y la expectativa consumen a ese gato, así como debería consumirte cuando deseas algo bueno.

Cuando esperamos solamente el éxito, y nunca permitimos que la posibilidad de fallar entre a nuestras mentes, no tendremos otra opción que alcanzar el éxito.  Nuestro imán mental se convierte en una fuerza de atracción tan poderosa que es imparable.

Continuando con el tema de las 11 Leyes Olvidadas por la humanidad, encontramos a la tercera y más famosa de estas leyes: la Ley de la Atracción.

Mucho se ha dicho sobre esta Ley, pero hoy veremos dos fases importantes de la Ley de la Atracción: Deseo y Expectación. 

Deseo es una fuerza positiva que sale al Universo y forma una conexión con la substancia de lo que deseamos.  Expectación es la fuerza inversa que hala eso que deseas hacia ti.  Ambas fases se deben cumplir para activar la Ley de la Atracción de manera ventajosa. 

Si una persona debilita o cambia su deseo por otra cosa, esa línea de fuerza que había fijado se desconecta y fallará su objetivo.  Pero si el deseo sigue constante y enfocado, tarde o temprano el deseo será cumplido, en parte o totalmente.

Sin embargo,  desear algo equivale a solo soñar si no existe una completa expectación de lo que se desea.  Mucha gente espera que ciertas cosas lleguen a ellas, incluso si realmente no las están deseando (enfermedades, accidentes, despidos).  Nunca esperes algo que no deseas, y nunca desees algo que no esperas.

Cuando constantemente esperas algo con todo tu deseo, tu habilidad para atraer eso se vuelve irresistible.  Esa es la ley.

Para aplicar correctamente esta ley, fórmate una imagen clara en tu mente de lo que quieres.  Haz esto de una forma relajada, sin tensiones y ansiedades, en un lugar tranquilo.  Crea una imagen mental vívida de lo que quieres, y luego manten ese pensamiento por un rato.  Luego, crea una completa expectativa de que tu deseo será satisfecho.  Mientras más persistente seas con esta forma de pensar, más rápido vendrá a tí. 

Algo muy importante es que debes complementar tus pensamientos con acciones.  Esto provee al Universo de un canal para que exprese tu deseo.  Luego deja que la ley haga el resto.